Alejandro Hurtado de la Fuente, Director Nacional de la Clínica Jurídica.

Alejandro Hurtado de la Fuente volvió este año a nuestra Universidad, luego de haber realizado una labor como docente en esta casa de estudios entre los años 2010 y 2017.

En enero de 2023 asumió la dirección de la Clínica Jurídica y su balance a la fecha es satisfactorio, especialmente por las acciones realizadas hasta el momento, como por los proyectos que se tienen a mediano y largo plazo.

Abogado titulado en la Universidad Central y Magíster en Ciencias de la Educación por la Universidad Central y además Magíster en Derecho Procesal Penal y Comunicación Forense por la misma casa de estudios, cuenta con una vasta carrera docente, que inició en 2004.

“Mis primeras experiencias en el ejercicio profesional las tuve en Copiapó, donde trabajé en la Inspección del Trabajo. Fui abogado de esa repartición y luego Coordinador Jurídico de la Dirección Regional del Trabajo de la Región de Atacama, pero siempre estuve conectado a la docencia. Primero en la Universidad de Atacama, luego en la Universidad Central y en otras más, incluida esta institución, donde fui parte del equipo docente por siete años. Antes de volver me estaba desempeñando como Director de la Carrera de Derecho en la Universidad de las Américas, campus Santiago Centro. Entonces, he hecho clases, he dirigido, me ha tocado coordinar posgrados en Derecho Penal y el haber pasado prácticamente por todas las etapas docentes creo que me da una visión amplia que espero sea un aporte para nuestros estudiantes y docentes”, dice desde su oficina en la Casa Central de UDALBA.

-¿Qué balance hace de estos siete meses?

“Es muy positivo. Hemos ido avanzando, tenemos una alta expectativa también por la nueva malla curricular, que establece dos asignaturas de Clínica Jurídica, siendo el primer hito importante en este primer semestre la generación de un reglamento para normar el trabajo de la Clínica Jurídica. Este reglamento, que ya se aprobó, le da una estructura orgánica a la Clínica general, no solo como asignatura, la cual tiene un programa de trabajo. Me da la impresión de que los estudiantes también tienen una mirada muy positiva de la Clínica Jurídica y de esta transformación gradual que estamos llevando adelante”.

-Por definición, la Clínica Jurídica es una asignatura eminentemente práctica. ¿Qué actividades se realizan?

“Absolutamente, esta asignatura es de trabajo clínico. La Clínica Jurídica es un cierre de proceso de la carrera de Derecho, en donde los estudiantes deben poner en práctica todos sus conocimientos de los nueve semestres anteriores haciendo uso de distintas metodologías. No es una asignatura teórica, es decir, por supuesto que está lo teórico al revisar la metodología clínica de caso, pero lo práctico es lo fundamental. Para eso contamos en las cuatro sedes con la colaboración de todas y todos los directores de carrera y docentes de la asignatura de Clínica Jurídica, pero también de aquellas y aquellos profesoras que están vinculados con el Profundizado en Derecho Procesal, que en el fondo es la base para llevar adelante de buena forma el trabajo clínico en los segundos semestres”.

Una de las actividades que realizaron en el primer semestre las y los estudiantes de 5° año de Derecho fue un ejercicio de simulación en el área procesal penal, en  la asignatura Profundizado en Derecho Procesal. 

-¿Qué líneas aborda el trabajo de la Clínica Jurídica?

“Materias tan sensibles como el derecho civil y particularmente el derecho de familia, como también disciplinas como el derecho laboral u otras líneas, como adultos mayores. Lo que se busca es que los estudiantes puedan tener una práctica real que les permita tramitar causas. Y ahí tenemos una de las innovaciones de este año: estamos trabajando en la implementación de una plataforma digital que nos permitirá mantener visible para toda la comunidad las causas que estamos trabajando y las que vendrán en las cuatro sedes. La idea es que en esta plataforma esté toda la información, los estados de las distintas causas, etc. Será un registro de causas, que será de gran utilidad para las curadurías que tenemos como Clínica Jurídica. Va a ser un tremendo paso. La idea es que en el segundo semestre esta plataforma esté totalmente operativa”.

-A propósito de las curadurías, la Universidad cuenta con las profesionales María Sonali Julio Bunster y Estela Cofré Abarca, quienes trabajan en sede Santiago. ¿Hay planes de expandir curadurías a las sedes de regiones?

“Sí, por supuesto. Por el momento, las curadoras sólo están en sede Santiago, trabajando con los cuatro Tribunales de Familia y con el Centro de Medidas Cautelares de la Región Metropolitana, pero se está elaborando un plan piloto con UDALBA La Serena para que los estudiantes de esa sede tramiten en ciertas causas con ambas curadoras. Y la idea es que el próximo año estandaricemos la tramitación de causas en las cuatro sedes”.

-¿Cuál es la función específica de las curadurías y el aporte que realizan a los estudiantes de Derecho?

“Se trata de una institución bien delicada. Las curadoras María Sonali Julio y Estela Cofré trabajan a diario con los Tribunales de Familia de Santiago y además con el Centro de Medidas Cautelares, como decía, en la defensa de niños, niñas y adolescentes. Desde el Centro de Medidas Cautelares nos han señalado que esta Universidad, a través de sus dos curadoras, ha hecho un muy buen trabajo, muy profesional y dedicado, lo que ha dado pie incluso para un posible acuerdo de colaboración que estamos estudiando. En eso ha sido clave la magistrada del Centro, Lorena Bruna. Este acuerdo colaborativo no lo tienen todas las universidades, entonces, sería un gran honor para nosotros como Universidad del Alba que se llegara a concretar”.

– ¿Y cuál es la participación de nuestros estudiantes en las causas que ven las curadoras?

“Nuestras curadoras velan porque no se vulneren los derechos de niños, niñas y adolescentes, les otorgan defensa en distintas causas y la idea es que nuestros estudiantes participen activamente de esa defensa. ¿De qué manera? Asistiendo con ambas curadoras a las audiencias, pero también queremos que amplíen su horizonte al hacer análisis de los antecedentes que ellas les van a ir dando. Van a tener que proponer soluciones en las causas en las que participen, es decir, la idea es que se empapen del ejercicio profesional de un abogado a través de las curadurías”.

-¿Qué otras actividades prácticas realizan o proyecta realizar la Clínica Jurídica? 

“Las orientaciones son fundamentales también, son parte de la esencia de una Clínica Jurídica y parte fundamental del trabajo de vinculación con el medio de una universidad. Tradicionalmente, UDALBA ha llevado a cabo las orientaciones en el segundo semestre y específicamente se abre un período para atención de público con el fin de asesorar a estudiantes y colaboradores. Sin embargo, en las orientaciones vamos a hacer una innovación: a partir de 2024 serán anuales, desde abril en adelante. Y otra cosa: si bien hay que partir por casa, la Clínica Jurídica no solo cumple un rol académico de preparación práctica del estudiante, sino que también debemos ponerla al servicio de la comunidad. En materia de vinculación con el medio es clave su rol social, comunitario, de aporte al entorno en el que nos desenvolvemos como Universidad. En ese sentido, mi planteamiento es abrir espacios para que el ciudadano común, externo al campus universitario, tenga la posibilidad de tomar una hora y venir a hacer sus consultas jurídicas a la Clínica tanto en Antofagasta como en La Serena, Santiago y Chillán. La idea es que la Clínica sea un aporte para quienes no tienen recursos suficientes para contratar consultorías jurídicas. Hacia allá apuntamos”.

-El trabajo de coordinación con las sedes es clave, entonces.

“Fundamental. Y para eso hemos tenido muchísimo apoyo de las y los directores de carrera de las sedes. De Carolina Olivares, en Antofagasta; Olga Guerrero, en La Serena y Baltazar Guajardo, en Chillán. Hemos incorporado este semestre a docentes como Carolina Luza, de Antofagasta. Ella es una abogada que trabaja hace mucho tiempo en Senama, por lo que vamos a aprovechar su experiencia para abrir una línea de acción con adultos mayores. Otra línea de acción, que se viene a sumar a tribunales de familia, será derechos humanos, y donde va a tener un rol muy importante el profesor César Vargas, de La Serena, a quien no puedo dejar de mencionar, lo mismo que a Patricio Gumera, docente del Profundizado en Chillán, quien ha empujado con mucha fuerza esta idea de hacer cada vez más práctica la asignatura”.

Finalmente, ¿cuál es el objetivo de la Clínica Jurídica a mediano y largo plazo?

“Consolidar lo que se está haciendo para aumentar actividad de la clínica, el número de causas, aunque sean de baja o mediana complejidad. También tenemos como una meta incrementar las pasantías, como decía, concretar las dos nuevas líneas de trabajo que se van a abrir, adulto mayor y derechos humanos, y crecer en orientaciones, así como también organizar cada vez más charlas y clases magistrales. Y una opción que también estamos analizando es adelantar los procesos. Si bien la asignatura es de quinto año de la carrera, me parece que se les podrían dar ciertas tareas específicas a estudiantes de tercer año hacia arriba. Al menos yo soy partidario de ir involucrando a las y los estudiantes desde antes de llegar a quinto año. Por su puesto, sin evaluación, pero para que puedan empezar a empaparse de lo que es la clínica, mucho más temprano”.