Actualmente se utiliza constantemente el término “mujer empoderada”, que destaca la capacidad de ser fiel a las metas profesionales sobrellevando -segura de nosotras mismas- lo laboral y familiar. Pero se quiera o no, aparecen las preguntas temidas tras este estilo de vida: ¿Logro realizar todo? ¿Qué tan bien lo proyecto? ¿Soy una profesional de excelencia? ¿Soy buena madre? ¿Le entrego tiempo suficiente a mi pareja? Y, por si fuera poco, ¿tendré tiempo suficiente para mí? Estas y otras interrogantes hoy son recurrentes entre colegas y aparecen en reuniones sociales.
Cada vez son más las mujeres que desean liderar equipos de trabajo en minería, y para ello se cree deben renunciar a la maternidad o evitar establecer una relación más formal dado que viven bajo la constante posibilidad de cambios de turnos de trabajo. En el rubro eso es habitual, por eso no siempre las planificaciones se pueden concretar, y esto ha incrementado las estadísticas de mujeres que terminan escogiendo lo laboral por sobre lo familiar, y viceversa, dado que no logran compatibilizar ambas.
¿Logro sobrellevar lo familiar y laboral? Si bien en nuestro país se han incrementado las oportunidades laborales en minería, sigue siendo un mercado donde es difícil posicionar a la mujer que es madre como líder de equipos de trabajo en puestos directivos. Se presume que esto se debe a que: carece de redes de apoyo y/o la logística necesaria para satisfacer o dar respuesta rápidamente a la deficiencia de personal y de cumplir con horario bajo el artículo 22 del código laboral, lo que impide muchas veces cumplir con las expectativas y demandas laborales.
¿Qué tan bien lo proyecto? ¿Soy un profesional de excelencia? La minería es muy dinámica, requiere constantemente de sacrificios, pero es un rubro que realmente apasiona y requiere de dedicación y perfeccionamiento continuo. El éxito de la toma de decisiones según las diversas variantes que se presentan día a día en un turno de trabajo es prácticamente adrenalínico. Pero, efectivamente, si se tiene hábitos de mejorar prácticas al realizar alguna actividad, lo que de por sí se intenta transmitir en aula, al final del día depende de nosotras mismas qué clase de profesionales queremos ser.
¿Soy buena madre? Aquella pregunta suele presentarse cuando notamos comportamientos poco habituales, conductas disruptivas y/o sucesos que nos lleven a replantear nuestras metodologías y estilos de crianza; o directamente nos piden más tiempos o notamos pérdida de vínculo, pero aquello es independiente del campo laboral, y la ausencia no determina la calidad de madre sino más bien es el tiempo de calidad que se entrega el que finalmente se traduce como éxito o fracaso con nuestros hijos e hijas.
Por otra parte, ¿le entrego tiempo suficiente a mi pareja? Cuando nos encontramos en una relación de pareja resulta complejo decidir con respecto al tiempo que brindaremos a una relación, es decir a los detalles para mantener una relación sana y armoniosa, lo que muchas veces frustra dado que no todas las parejas comprenden y/o apoyan un desarrollo profesional. Algunos se sienten intimidados con respecto a los logros o ingreso económico, pero en la mayoría de las conversaciones, diversas profesionales manifiestan que los problemas nacen o toman mayor fuerza cuando la rutina tras los turnos laborales forman parte de su vida cotidiana. Aquello no depende directamente del rubro, sino más bien de la comprensión y la compensación que otorguemos a nuestros compañeros de vida, respetando su opinión bajo ciertos escenarios, pero siendo claras al mismo tiempo sobre la importancia de nuestro trabajo y los sistemas de trabajo.
Y, finalmente, ¿tendré tiempo suficiente para mí? Uf, esa pregunta no tiene ni siquiera una respuesta que pueda estandarizarse o predecir con estadísticas y/o experiencias e información de cercanos o colegas, dado que aquello dependerá de las prioridades y el escenario que se presente, pero muchos profesionales del área de la salud recomiendan que se debe buscar un equilibrio en nuestro diario vivir, es decir, debemos organizar nuestras actividades, laborales, familiares y personales de tal modo que podamos otorgar un tiempo prudente para liberar tensiones, intereses u ocio, recreacional, espiritual y/o de actividades físicas dependiendo de los gustos e intereses de cada uno y una de nosotras para evitar cuadros de ansiedad, cansancio, estrés entre otros similares, al dejar que nuestras responsabilidades nos sobrepasen y esto se traduzca en descompensaciones físicas y/o problemas de salud mental al no sobreponernos a tiempo o poder lidiar correctamente con aquellas preocupaciones.
En otras palabras, el ser ingenierías no necesariamente nos conlleva a la elección única y/o consolidación de prioridades, pero debemos decidir con sabiduría respetándonos y realizando aquello que nos apasiona sin sacrificar metas e intereses, si con una organización y optimización adecuada de nuestros tiempos podemos lograr todo aquello que nos propongamos: se puede tener éxito en nuestro intento.
Cada vez son más las mujeres que desean liderar equipos de trabajo en minería, y para ello se cree deben renunciar a la maternidad o evitar establecer una relación más formal dado que viven bajo la constante posibilidad de cambios de turnos de trabajo.
* Las opiniones vertidas en esta sección son de exclusiva responsabilidad de quienes las emiten y no representan, necesariamente, el pensamiento de nuestra Universidad.