Catalina Orozco Ortiz, estudiante de tercer año de Medicina Veterinaria UDALBA La Serena, no tendrá un inicio del año académico como a los que está acostumbrada: durante el primer semestre de 2023 lo vivirá lejos de su hogar, en la sede Chillán de la Universidad del Alba.
La oportunidad para continuar sus estudios en el sur del país llegó gracias al Plan de Movilidad Nacional, dirigido por el Departamento de Relaciones Internacionales y para el que se debía postular y cumplir con ciertos requisitos, como llevar al menos un año en nuestra casa de estudios y tener un promedio de notas superior al 5,5.
“Lo que me motivó a participar en el Plan de Movilidad Nacional fue principalmente la experiencia y aprovechar las instancias que entrega la Universidad para poder crecer como profesional y futura veterinaria. Espero aprender mucho y conocer nuevas personas”, cuenta la estudiante.
Y añade: “espero sacar el máximo provecho a los docentes, preguntarles todo y aprender del espacio en el que estaré. Además aprender sobre animales mayores y especies que quizás acá en La Serena no es tan fácil tener al alcance”.
– ¿Has tenido la oportunidad de conversar con compañeros o compañeras de Chillán, donde vivirás tus estudios este semestre?
“Hasta ahora no he tenido la oportunidad de poder conversar con compañeros de allá, ya que todo este proceso ha sido muy rápido. Desde la postulación hasta la respuesta, solo me ha quedado tiempo para empezar alistar todo y en Chillán viviré en una residencia que me consiguió la Universidad. Se ve que es un espacio muy hermoso”.
-¿Qué te motivó a estudiar Medicina Veterinaria y por qué en la Universidad del Alba?
“Siempre he tenido una inclinación por los animales, la naturaleza y la fauna y, al momento de elegir, no me quedó duda que medicina veterinaria sería una opción increíble. La sede en la que estudio queda cerca de donde yo vivo y además por temas de comodidad y buenas referencias escogí esta Universidad”.
-¿Cómo han sido estos años de estudios en la Universidad del Alba?
“Al comienzo fue súper difícil, ya que comencé en un año donde todo era online y fue súper complejo llevar el ritmo, sobre todo en una carrera que es tan práctica, pero al volver a la presencialidad todo fue mucho mejor. Han sido dos años de mucho crecimiento personal y aprendizaje”.
-Estamos ad portas de comenzar un nuevo año académico en la Universidad del Alba. ¿Qué le recomendarías o dirías a la nueva generación de estudiantes de Medicina Veterinaria?
“¡Que hagan lo que realmente les gusta! Que sigan totalmente lo que quieren y escuchar su corazón ante cualquier cosa. Creo que es super importante amar lo que hacemos, y si no están tan seguros de estudiar algo aún, darse el espacio y pensar realmente qué es lo que quieren, porque siento que en medicina veterinaria es súper importante sentir eso, sobre todo porque trabajamos con animales”.