María Fernanda Picón (27 años) se tituló el año pasado en la carrera de Medicina Veterinaria de UDALBA La Serena, una profesión que siempre, sin margen para dudas, quiso estudiar. Su mamá, cuenta María Fernanda, tiene 17 perros recogidos, así que era prácticamente imposible no heredar el amor por las mascotas. Y aunque María Fernanda “solamente” tiene cuatro perritos, durante estas últimas semanas ha estado en contacto con más de 100 animales al día.

Sí, porque su profesor de tesis, Carlos Flores, le dio un dato hace unos meses: en el proyecto Selva Viva necesitaban a un supervisor o supervisora de los profesionales que cuidaban a los animales. Postuló y quedó seleccionada.

“Selva Viva es un proyecto que tiene como objetivo exponer animales exóticos y también animales de granja con fines educativos. Son bastantes animales los que se exponen, entre ellos anfibios, reptiles y muchas aves. Es un tour que se hace desde hace ocho años por todo Chile”, cuenta María Fernanda, quien trabajó en este proyecto instalado en el estacionamiento del Jumbo que está en Ruta 5 de La Serena.

María Fernanda era la encargada de cuidar a los animales, de velar por su salud y bienestar, y de mantener todos los protocolos al día.

“Como son animales que están en exposición, nuestra idea es que esto no les afecte. Y o estaba pendiente tanto de su salud y de recorrer la exposición para cuidarlos, para cambiarlos en caso de que estuvieran cansados. Son más de 100 animales en exposición, de hecho sólo en el aviario hay más de 70. Ahora comienza una nueva etapa del tour, que es en Iquique, nos vamos en enero para allá. Voy a seguir trabajando con ellos”, comenta Fernanda.

Y agrega: “Fue una experiencia muy bonita en cuanto a lo profesional, pero también en lo personal. Yo una de las cosas que siempre decía es que, al titularme, quería encontrar un trabajo con un buen equipo humano, y eso fue lo que encontré. De hecho fue mucho más que eso, en la despedida de la Selva Viva en La Serena, que fue la semana pasada, lloré harto, porque ya extraño mucho a todo el equipo, además de los animales”.

-¿Qué tipo de animales había?

-“Había serpientes, como boas y pitones. También dragones barbudos (N. de la R.: también denominado lagarto pogona) y diferentes tipos de geckos (N. de la R.: lagarto de la familia Gekkota), diferentes aves tropicales, aves rapaces,  y también tucanes, guacamayos, cacatúas ninfas, tórtolas.  Y también animales de granja como cabras, gallinas, patos, pavos, de todo”.

-Qué consejo le darías a personas que tienen o quieren tener animales exóticos como  un dragón barbudo o un gecko.

-“Mi consejo es que se asesoren. Que se asesoren y que tengan controles periódicos, al igual como en el resto de los animales. Hay que empezar a ver a los animales con los mismos derechos, con los mismos requerimientos. Un perro o un gato, por ser perro o gato, no va a requerir más atención veterinaria que un dragón barbudo, por ejemplo. El dragón barbudo también tiene que tener sus exámenes, sus controles periódicos para ver que todo en su salud ande bien. Llegaba mucha gente a la exposición que tenía animales exóticos y a los que les costaba un poco llevarlos a controles. Pero ahí era donde yo les recomendaba que sí o sí llevarlos a controles para revisar todos sus sistemas, cosas de las que quizás ellos no se daban cuenta”.

-¿Te gustaría especializarte en animales exóticos o quieres abarcar distintas especialidades en tu profesión?

-“Quiero abarcar distintas especialidades, pero sí es una en la que me voy a especializar porque, me gustó mucho el área y también entendí que hay muy pocos profesionales que se dediquen a la misma”.

-¿Qué me podrías decir respecto como a tu paso por la Universidad del Alba?

“Fue una experiencia bastante buena. Lo que aprendí en lo educativo y como persona. Al salir de la universidad, siento que no soy la misma que era cuando ingresé. Salí con miedo también con esto de encontrar trabajo y me di cuenta de que todo fue mucho mejor de lo que esperaba. Llegué a sorprenderme. Porque hay tanta competencia respecto a las universidades y a todos los alumnos que salen de la misma universidad que pensé que incluso iba a ser más difícil encontrar trabajo. Y me sorprendí cuando encontré trabajo inmediatamente.

María Fernanda Picón junto al equipo de Selva Viva en La Serena.

Una de las cosas que destaco de la universidad es todo el apoyo que me dieron durante mi proceso de tesis, me ayudó tener herramientas de trabajo. Con la tesis aprendí demasiado y eso también me abrió puertas a otro tipo de trabajo, a otro tipo de experiencia.

-Y como ex alumna, ¿te interesa seguir en contacto con la universidad?

-“Sí, siempre. Y me gustaría devolverles la mano en ese sentido. Yo tengo contacto constante, por ejemplo, con el profesor Carlos Flores, y con la directora de la carrera. Y para este trabajo de Selva Viva les solicité a ellos practicantes y estudiantes que quisieran trabajar como monitores, y me mandaron a varios alumnos que fueron también parte del equipo de Selva Viva”.

-Ahí está lo que me decías vuelta de la mano con la universidad.

-“Sí, así es, porque yo quedé muy conforme con la educación y también a la calidad de humana que encontré ahí, porque sentí mucho apoyo desde el inicio y, sobre todo, al final”.