La abogada y docente Olga Guerrero, directora de la carrera de Derecho de la Universidad del Alba, sede La Serena.

La Oficina de Derechos Humanos y Equidad de Género de nuestra casa de estudios presentó durante julio y agosto la propuesta de Política de Equidad de Género en las cuatro sedes, con el fin de hacer partícipe a la comunidad universitaria de este hito que, además, es parte de la ley 21.369, que regula el acoso sexual, la violencia y la discriminación de género en el ámbito de la educación superior.

Una de las académicas que más domina el tema es la abogada Olga Guerrero Michea, Directora de la carrera de Derecho de de UDALBA La Serena y Magister en Educación Superior, para quien lo más valorable del proceso de elaboración del protocolo ha sido la participación de la comunidad universitaria.

-¿Cómo ve el trabajo que se está realizando en la Universidad para impulsar el Protocolo de Equidad de Género?

“La dictación del Protocolo de Equidad de Género y la creación de la Oficina de Derechos Humanos y Equidad de Género de la Universidad del Alba nacen con miras a equiparar las oportunidades de desarrollo sin encasillar a las personas en función de su género, obedeciendo así a distintos aspectos. Primero, a una necesidad de la sociedad actual en diversos ámbitos; segundo, a los valores de la Universidad del Alba, como son la inclusión, la solidaridad y la humanidad, y tercero, responde a la dictación de la ley 21.369 que regula el acoso sexual, la violencia y la discriminación de género en el ámbito de la educación superior. Por ello nace este protocolo de equidad de género como política integral contra el acoso sexual, para previr y sancionar estas conductas. Así es como la Universidad comienza un fuerte trabajo de socialización a este protocolo a nivel nacional, reuniendo a los distintos estamentos de la actividad educativa contando con la participación activa de estudiantes, docentes y directivos, constituyendo un importante hito que aporta igualmente a nuestra formación integral”.

Las y los estudiantes de UDALBA La Serena han podido conocer el protocolo de Equidad de Género a través de los distintos canales de información internos de nuestra casa de estudios.

-¿Cómo ve el interés de la comunidad UDALBA, considerando las mesas de trabajo realizadas tanto en La Serena como en otras sedes?

“Resulta llamativa la reacción que ha tenido la comunidad estudiantil, académica y administrativa de nuestra Institución, toda vez que se han generado espacios de discusión, difusión y socialización de los trabajos sobre el contenido del protocolo de manera muy entusiasta y participativa. Esta forma de construcción del protocolo evidencia un trabajo triestamental de la institución, en donde la normativa interna se genera a través del consenso de la comunidad universitaria. Esta forma de enfrentar la nueva institucionalidad genera la posibilidad de la autodeterminación normativa institucional generada por la comunidad estudiantil”.

-¿Por qué cree que es importante abordar y avanzar en ámbitos como la desigualdad y violencia de género?

“Estamos viviendo en un sistema social nuevo, en donde los estudiantes requieren de una nueva dinámica de protección y respeto. En ese contexto, resulta trascendental la generación de normativa que regule la convivencia de género dentro de la Universidad, toda vez que avanzar en esta área implica avanzar en las relaciones humanas que se dan dentro de una casa de estudios. Ahora bien, el hecho de que todas las instituciones de educación superior se encuentren obligadas a generar este tipo de normativa interna, por esta ley 21.369, obedece a un consenso social en donde a través de su dictación, la sociedad señala que estas materias deben ser abordadas por la institucionalidad universitaria”.

-¿Qué llamado haría a la comunidad UDALBA al respecto? 

“El llamado es a ser respetuosos y a ser tolerantes, toda vez que el protocolo será utilizado en la medida que se generen conductas que se encuentren descritas en el instrumento. En ese sentido, hay que seguir trabajando en las relaciones interpersonales entre los miembros de la comunidad estudiantil, esto es, mejorar las relaciones interpersonales, generar formas de solución colaborativa de conflictos y  evitar la utilización de los procedimientos contenidos en el protocolo, esto es, que la aplicación del mismo sea la ultima ratio“.