Camila Pérez es de Ovalle pero se cambió a vivir a La Serena para poder estudiar medicina veterinaria en la Universidad del Alba. Sin embargo, este semestre comenzará sus clases en Chillán, con nuevos compañeros, profesores y experiencias. Todo gracias al Programa de Movilización Nacional impulsado por el departamento de Relaciones Internacionales.

Desde que era niña Camila sintió un gran amor por los animales, pero reconoce que su vocación por estudiar veterinaria nació cuando el día de su cumpleaños 18 su gato de toda la vida falleció. “Eso me marcó mucho, me hubiese gustado saber más para poder ayudarlo. Me hice todas las preguntas que tenía que hacerme y tomé la decisión ”, afirma.

Actualmente, la estudiante está pronta a cumplir 23 años y está lista para vivir una nueva etapa en su vida académica. “Cuando vi el anuncio del programa no lo pensé dos veces, dije con todo no más”. Cuenta que la principal razón por la que decidió a postular al cambio de sede fue debido a que en el campus La Serena no tenía la oportunidad de experimentar mucho con clínica mayor como caballos o bovinos, oportunidad que sí tendrá en Chillán.

Camila llegó a vivir a Lirquén, a unos 20 minutos en auto de la Universidad, a la casa de una compañera que tuvo en La Serena y que se cambió de casa a la región de Ñuble. Como se conocían postuló para ser su familia anfitriona, lo que la ayudó a sentirse cómoda y en confianza. Además, comenta que como su grupo de compañeros nuevos es pequeño el recibimiento que tuvo fue muy cálido. 

Esta fue su primera semana de clases y la próxima empezará con su práctica profesional visitando diferentes campos de la zona. “La sede es preciosa, tiene muchos árboles y naturaleza. En La Serena hay sequía, entonces obviamente no hay tanto árbol como acá, todo es muy distinto”, comenta Pérez, quien está muy emocionada por conocer y recorrer las zonas turísticas que ofrece la región de Ñuble. 

Pese a que durante el año académico no vivía con su familia, nunca había pasado tanto tiempo lejos de ella. Según ella es la primera vez que sale totalmente de su zona de confort. “Quiero llevarme los lindos recuerdos de mis compañeros, nuevas enseñanzas, mis profes y sé que lo que voy a aprender acá va a servir mucho en mi carrera profesional y como personas también”, asegura Pérez.