Con gran emoción se realizó la Ceremonia de Investidura de los estudiantes de segundo año de la carrera de Enfermería de la sede La Serena. La instancia marcó un momento trascendental en su formación, simbolizando el compromiso con la humanidad, la ciencia y la ética profesional. 

En esta significativa ocasión, los estudiantes reafirmaron su compromiso con la vocación de servicio, la ética y el cuidado de la humanidad, asumiendo además la responsabilidad frente al trabajo y las actividades académicas que guiarán su formación hacia la profesionalización. Este hito marca el primer paso en el quehacer de los campos clínicos y en las experiencias académicas que los acompañarán hasta alcanzar su titulación. 

El vicerrector de la sede La Serena, Elio Elorza, destacó la relevancia de este hito para la comunidad universitaria y para la vocación de los futuros profesionales de la salud. “El sello de nuestra universidad gira en torno a nuestros valores institucionales de solidaridad, humanidad, inclusión social e integridad. Más allá de los conocimientos, lo que los hará únicos y difícil de imitar será la responsabilidad en su lugar de trabajo, trabajar codo a codo con los doctores y doctoras. Ustedes deben ser la luz que nace con el Alba, representan lo esencial, auténtico y lo que realmente importa, la vocación de servir al otro”, enfatizó. 

En la misma línea, la directora de carrera de Enfermería, Blanca Vera, resaltó el sentido simbólico de la instancia. “Esta ceremonia de investidura no es sólo un rito académico, sino un acto simbólico que marca un nuevo inicio en la etapa de la formación de nuestros estudiantes de enfermería. Es el paso desde el aula hacia el mundo real del cuidado, donde el conocimiento se convierte en acción y la vocación en servicio”. 

Por su parte, la presidenta del Centro de Estudiantes de la carrera, Anita Valdebenito, subrayó la trascendencia de este hito en la vida académica. “Esta es una ceremonia muy significativa para nuestra carrera, la investidura simboliza mucho más que un uniforme, representa un camino lleno de compromiso, responsabilidad y sobre todo vocación de servicio. Este momento marca el comienzo de una etapa donde el reconocimiento se une con la práctica, donde aprenderán que la técnica va siempre acompañada de la empatía y el respeto por la dignidad.” 

Los propios estudiantes también compartieron su experiencia y emociones en torno a este primer paso hacia el mundo clínico. Para Camilo Araya, la ceremonia reafirma el sentido profundo de su formación. “La institución no sólo nos ha brindado conocimientos, sino también valores y experiencias que quedarán grabadas en nuestra vida personal y profesional. Como estudiantes de esta carrera reconocemos que cada día no es sólo una clase más, sino que es el paso para nuestro propósito en la vida: cuidar, acompañar y servir a las personas en los momentos más vulnerables de su existencia”, expresó. 

En tanto, Felipe Madariaga enfatizó el significado de este nuevo comienzo. “Hoy es un hito que marca el inicio de un camino como futuros profesionales de enfermería, hoy no solamente recibimos nuestro uniforme, sino también un compromiso que asumimos con nuestra vocación. Al comenzar a vivir nuestras prácticas clínicas empezaremos a vivir la enfermería más allá de los libros y las aulas, ahora tendremos la oportunidad de estar cerca de los pacientes, de aprender de ellos, profesores y equipos de salud.” 

Finalmente, la ceremonia también fue ocasión para reconocer el esfuerzo y la excelencia académica. Fueron distinguidas Daniela Alcayaga y Paz Gutiérrez, estudiantes que alcanzaron las mejores calificaciones durante su año académico, reflejando constancia y compromiso con la academia.