SEÑOR DIRECTOR

El Covid-19 ha obligado a las universidades de todo el mundo adoptar rápidamente la educación a distancia. Lo que debemos tener presente es que esto no es solamente un cambio tecnológico de los instrumentos y soportes, es más profundo, porque toca al modo que tradicionalmente concebimos la enseñanza, para pasar al aprendizaje, el que ya no tiene límites geográficos, espacio, ni tiempo.

Esto es una ventaja que debemos aprovechar. Hoy nuestras instituciones tienen estudiantes y académicos que se han dado cuenta que la presencialidad no es un dogma y que es posible combinar en una misma carrera cursos a distancia y cursos presenciales. Con niveles similares de aprendizaje.

¿Dónde estará el desafío? En que no se aumente la brecha entre ricos y pobres, entre incluidos y excluidos del sistema educativo, donde estos últimos tengan menos acceso aún de lo que tienen actualmente para lograr formarse profesionalmente. Por ello, es deber del Estado y de la sociedad en su conjunto dar soporte para que una educación a distancia sea una real herramienta de movilidad social.

 

Rafael Rosell Aiquel

Rector Universidad Pedro de Valdivia

 

Publicado en La Tercera.