Muchos autores plantean el pensamiento crítico como la capacidad del sujeto para evaluar y tomar decisiones de manera sensata frente a un determinado tema. Lo anterior, incluye también el contraste y la afirmación de distintos puntos de vistas fundamentados.

Hace ya un buen tiempo que en términos educacionales se presentan cambios profundos de paradigmas, pasando de un conductismo a un constructivismo y, de éste, a un paradigma de tipo socio crítico, poco recurrente en las aulas. Debido a esto último y de acuerdo a los tiempos, se hace necesario desarrollar un pensamiento mucho más crítico en los estudiantes, esto no quiere decir que formemos estudiantes punzantes desde su perspectiva, sino que sean capaces de debatir con fundamentos claros, que sean analíticos y sin duda autónomos en sus decisiones.

Una de las tareas que hoy enfrenta la educación como uno de los grandes desafíos es replantearse los estilos de aprendizaje, desde una educación inicial hasta etapas de utilización de habilidades superiores como lo es la educación terciaria, en la cual se potencie un pensamiento más crítico, lo cual implica la realización de mayores juicios fundamentados y documentados, para lo cual cada maestro debe orientar a la selección de información de calidad, donde el estudiante sea capaz de desarrollar un pensamiento mucho más autónomo.

Los fines del contexto educativo dentro de la formación de estudiantes deben inducir a enriquecer la mayor cantidad de puntos de vistas para llegar a la interpretación de la información. De esta manera, se logra asimilar de forma más óptima su origen, lo que sin duda llevará a una resolución del conflicto y conclusiones de forma colaborativa por parte de cada uno de los alumnos.

Fortalecer el pensamiento crítico dentro de los contextos educativos no es tarea fácil, principalmente porque es recurrente observar debates tanto a nivel de docentes como de estudiantes que carecen de información y de opinión, por lo cual es necesario desarrollar esta habilidad que apela a la resolución de problemáticas complejas y cotidianas, desde un pensamiento más crítico que permita de manera sólida la producción de un conocimiento veraz y creativo, que nos oriente a adecuadas toma de decisiones.

Los contextos educativos deben ser significativos para cada uno de los actores que se inserta en éste, por lo que el pensamiento crítico debe orientar a asimilar todo tipo de realidad, que sin duda se logra a través del análisis del razonamiento. Por esta razón, todo pensamiento crítico debe intentar contextualizar, modificar los contenidos y digerirlos de manera apropiada por cada uno de los estudiantes.

Hoy en día el pensamiento crítico es una de las herramientas fundamentales con las que se desarrolla el mundo sea cual sea el contexto. Vivenciamos cambios profundos, por ende necesitamos estudiantes que se conviertan en pensadores críticos y que se desarrollen con autonomía del pensamiento. Con ello, la labor del maestro es primordial en fortalecer la lectura de libros, del periódico, de razonar y de la sana discusión desde los puntos de vistas tanto de sus pares como de su contexto más cercano.

 

Rolando Molina Martínez

Dr. En Ciencias de la Educación.

Académico Escuela de Educación Universidad Pedro de Valdivia