
Desde que tiene memoria, Jorge Salazar ha sido un joven inquieto, lleno de energía y con una pasión inagotable por el deporte. Oriundo de Coquimbo y hoy estudiante de quinto año de Derecho en la Universidad del Alba, su historia es un ejemplo de perseverancia frente a la adversidad.
Antes de los 11 años, practicaba diversas disciplinas como fútbol convencional y ping pong de mesa, siempre destacando por su entusiasmo y espíritu competitivo. Sin embargo, a esa edad, una malformación congénita en su pierna izquierda derivó en una compleja cirugía que implicó su amputación, marcando el inicio de una nueva etapa en su vida. “Al principio veía todo gris, pero el deporte llegó a darle color a mi vida. Una discapacidad no es un impedimento, es una oportunidad para desarrollarse de otra forma”, cuenta con emoción.
Su trayectoria deportiva incluyó tenis, atletismo y fútbol adaptado, hasta que encontró en el básquetbol en silla de ruedas su verdadera pasión. Desde 2017 ha representado a la Región de Coquimbo en campeonatos nacionales, fue campeón de Segunda División con el Club Silverhawks, fue convocado a la Selección Nacional y Regional, y este año dará un gran paso: viajará a Argentina para competir en la Liga Federal con las Águilas de San Juan, mientras continúa en la Primera División chilena con Gladiadores.
Cada logro ha sido fruto de su disciplina y autogestión, en una región donde el deporte paralímpico aún enfrenta grandes desafíos. “Aquí no tengo entrenador especializado; me he movido para encontrar apoyo y seguir mejorando”, explica. En ese esfuerzo, la Dirección de Asuntos Estudiantiles (DAE) de la Universidad del Alba le entregó un aporte para adquirir una silla de ruedas deportiva más ligera, esencial para potenciar su rendimiento.
El director de la DAE sede La Serena, Fabián Díaz, destacó que estos apoyos reflejan el compromiso de la Universidad con sus estudiantes. “Creemos que el desarrollo integral de nuestros alumnos no solo se da en el aula, sino también en sus pasiones y talentos. Jorge es un ejemplo de perseverancia y esfuerzo, y seguiremos acompañándolo en la adquisición de implementos y accesorios que potencien su desempeño deportivo”, señaló.
Con un carácter empático, un liderazgo que se refleja tanto dentro como fuera de la cancha y metas claras, que incluyen llegar a la liga española, Jorge también busca inspirar a otras personas con discapacidad a descubrir en el deporte una oportunidad. “Invito a mirar el deporte paralímpico con otros ojos. Requiere más esfuerzo y resiliencia que el convencional. Uno puede caerse muchas veces, pero hay levantarse siempre, esa es la clave”, asegura.
Hoy, Jorge no solo entrena para alcanzar sus sueños deportivos, sino también para abrir camino a otros. Su historia demuestra que, con perseverancia y apoyo, las fronteras se vuelven metas alcanzables.
“Agradezco a Javier Rodríguez, mi entrenador y preparador físico, que tiene una excelente disposición y se prepara para entrenarme pese a no conocer en detalle el deporte. Mi nutricionista José Rojas me apoya para canalizar mis objetivos, y mi gimnasio Lab Training me brinda el espacio para seguir mejorando. Por supuesto, a mi familia, que ha sido mi gran apoyo desde niño, no solo en el deporte, sino también en mi discapacidad. Estoy muy agradecido con la Universidad por el apoyo para comprar mi silla, y daré lo máximo de mí para dejar en alto el nombre de la institución y de la región en el extranjero”.