
Una valiosa experiencia académica y cultural vivieron los seis estudiantes de la Universidad del Alba, que entre el 21 y el 25 de julio participaron en la Escuela de Verano “Gobernanza y políticas públicas: nuevos líderes del siglo XXI”, en Bucarest, Rumania.
La instancia, a la que pudieron asistir gracias al apoyo de la Dirección General de Internacionalización, fue organizada por la Escuela Nacional de Estudios Políticos y Administrativos (SNSPA) y reunió a jóvenes de distintos países, quienes compartieron reflexiones y fortalecieron sus habilidades de liderazgo.
“Fue una instancia increíblemente valiosa y nos permitió participar en un encuentro multicultural muy grande, donde adquirimos herramientas para enfrentar de mejor manera nuestros desafíos personales y profesionales en Chile”, comentó Felipe Leal, estudiante de Derecho y presidente de la Federación de Estudiantes de la sede Chillán.
Su compañero de carrera Mario Jorquera agregó que “mi experiencia fue enriquecedora, tanto por las clases como por los profesores, que fueron extraordinarios y tenían metodologías y conocimientos que ampliaron de manera significativa mi perspectiva académica”.
Pero su estadía en Europa no solo consideró clases, ya que el grupo también conoció la ciudad y su cultura: pasearon por el casco histórico de la capital, los castillos de Brașov, bibliotecas y el Parlamento. Incluso, tuvieron la posibilidad de reunirse con el embajador chileno en Rumania, Julio Bravo Lubini.
“Contrario a la formalidad esperada, fue increíblemente cercano y amable. No solo compartió con nosotros su larga trayectoria como un apasionado del estudio y su camino hacia la diplomacia, sino también detalles personales sobre su familia en Chile. Conversamos, reímos y nos tomamos varias fotos. Fue un verdadero agrado conocer a una persona tan inspiradora y accesible”, reflexionó Candela Salinas, estudiante de Psicología de sede La Serena.
“Lo más enriquecedor fue conocer gente de varias partes del mundo. Ampliar mis horizontes y mis conocimientos sobre cada cultura y su diversidad fue, sin duda, uno de los mayores regalos de esta experiencia. Este verano en Rumanía fue un recordatorio vibrante de la riqueza que se encuentra en la conexión humana y el intercambio cultural, una experiencia que guardaré con mucho cariño”, cerró.