
Con emoción y solemnidad, se vivió la Ceremonia de Investidura de la carrera de Tecnología Médica, instancia que marcó el inicio de la etapa práctica de los estudiantes en sus respectivos campos clínicos.
En este importante hito académico, los futuros profesionales de la salud recibieron la piocha institucional y realizaron la tradicional Promesa del Tecnólogo Médico, sellando su compromiso con una formación técnica de excelencia, guiada por la solidaridad, la humanidad y la inclusión social, valores fundamentales de nuestra institución.
El rector Rafael Rosell, destacó la relevancia de este paso en la vida universitaria, señalando que “hoy, al vestir este uniforme, no solo representan a su carrera. Representan a toda una comunidad universitaria que cree en ustedes. Y que espera que, desde la solidaridad, la humanidad y la inclusión, pongan su conocimiento al servicio de quienes más lo necesitan”.
Asimismo, la directora de la carrera en la sede La Serena, Carol Ortloff, valoró el impacto de los principios institucionales en la formación integral. “Quiero destacar que además del conocimiento técnico y científico que los estudiantes necesitan, la verdadera esencia de un buen tecnólogo médico radica en los valores que son fundamentales: la solidaridad, humanidad e inclusión social. Estos principios no solo enriquecen nuestra práctica, sino que también fortalecen la relación con los pacientes y con la comunidad a la cual van a atender”, expresó.
En representación del estudiantado, el presidente del Centro de Estudiantes, Johstin Valera, subrayó que “es muy importante la presencia de los padres en el acompañamiento de los estudiantes. Al ver esta actividad, logro evidenciar los cambios que ha habido en la carrera. Lo que busca la Universidad es formar profesionales con sentido de integridad y pertenencia, que se lleven el nombre de la universidad y lo potencien. Felicito a mis compañeros por llegar a esta instancia”.
Uno de los momentos más emotivos fue el reconocimiento a Paola Silva, distinguida por el estudiantado como la académica destacada del ciclo básico. La elección respondió a su compromiso, pasión, disciplina, serenidad y entrega en el proceso formativo.
Durante la ceremonia, se recibió además una bendición especial de parte de Armando Álvarez, tecnólogo médico y diácono de la Parroquia San Isidro, en un gesto simbólico que reforzó el enfoque ético y humano que debe guiar el ejercicio profesional en el área de la salud.