La educación y el ámbito curricular ha tenido que dar un vuelco abismante desde sus prácticas pedagógicas tradicionales, hoy en día toma fuerza el concepto de “Teleaprendizaje” Ahora bien, debemos adecuarnos a este nuevo contexto y seguir en la constante búsqueda de ofrecer a las y los estudiantes una educación de calidad y equidad. La interrogante es ¿cómo se logra entonces esto a partir del desarrollo de un teleaprendiazaje? Pues bien, más que orientar el trabajo en agobiar a los estudiantes con una excesiva entrega de información, a partir de guías, documentos, presentaciones, etc. Se debe desarrollar y fortalecer el trabajo autónomo en las y los educandos, trabajo autónomo que quizás no se lograba observar en el contexto tradicional (clase presencial). Hoy en día son múltiples los beneficios que se pueden obtener del teleaprendizaje si es bien orientado, para esto es necesario que el docente entregue recursos e información de fuentes confiables, monitorear el estudio de esa información, generar actividades interactivas pero lúdicas, a través de metodologías eficaces que fomenten la investigación, el debate y sobre todo la interacción entre pares, puesto que a partir de esto también se logrará una sucesión de hechos que pueden ser indispensable para asegurar un adecuado teleaprendizaje.   

Sin duda que este es el nuevo contexto en el que se enmarca la educación, el cual debe considerar una enormidad de factores, factores que pueden afectar el desarrollo de un estudiante desde los diseños pedagógicos y didácticos, a partir de lo que hoy se denominan entornos digitales. La “escuela virtual” que hoy se orienta a lo que son estos entornos digitales y que ha tomado bastante fuerza dentro de la efectividad de los resultados en lo pertinente al teleaprendizaje, cosa que se evidencia desde un trabajo minucioso, formal y sistemático y que promueven una nueva forma de orientar la educación en un nuevo contexto social. Se debe asumir entonces  que los contextos educativos han sufrido profundos cambios, se observan y vislumbran modelos educativos distintos que merecen ser fortalecidos y validados desde su efectividad, por lo tanto es vital asegurar un proceso de teleaprendizaje a partir de la formación de docentes en el ámbito de la tecnología y que logren insertarse en modelos de entornos digitales o virtuales, esto debe darse como algo ineludible, de esta manera los procesos podrán ser diseñados y construidos sistemáticamente, con propiedad dentro de los llamados entornos virtuales.

En suma, plantearse desafíos en educación hoy en día nos lleva a considerar casi como un paso obligado el interiorizarse como en otras regiones o dentro de la globalidad se utilizan los entornos virtuales en el ámbito educativo. En base a lo anterior se debe comenzar a trabajar en nuevas políticas públicas que promuevan, aceleren y garanticen los procesos educativos de este tipo, mediante el apoyo presupuestario y de normativas legales que regulen su funcionamiento en beneficio de los usuarios. Estamos vivenciando una nueva forma de orientar los sistemas educativos por lo cual se deben fortalecer los procesos de teleaprendizaje, así lograr un aseguramiento de una educación de calidad para dar respuesta satisfactoria a cada estudiante y sus familias.

 

  • Columna publicada en el informador digital