Fuente: LWYR

Carmen Luz Parra Mundaca es decana de la Facultad de Derecho de la Universidad Pedro de Valdivia. La abogada y académica se siente orgullosa del espacio donde trabaja, de las nuevas generaciones de mujeres –con una mayor conciencia colectiva–, del proceso constituyente que se inicia, pero por sobre todo, del consejo de su padre: Siendo abogada se siente libre y feliz.

– Muchas académicas, pero pocas en cargos directivos. Parece que las mujeres han dirigido escuelas completas de Derecho, pero pocas llegan a ser Decanas. ¿El techo de cristal también se da en la academia?

– Efectivamente es así. Esto obedece a una realidad que excede el ámbito propio de la Academia y que se refleja también en la necesidad de incrementar la participación femenina en cargos de representación política y también en los Directorios de empresas públicas y privadas. Pese a que los indicadores han mejorado, aún no hemos logrado acceder a los puestos de mayor decisión.

La Universidad Pedro de Valdivia es un ejemplo interesante de observar, con un Directorio presidido por una mujer, además de una Vicerrectora Académica, una secretaria General, Decanas y Directoras, todos cargos en manos de mujeres valiosas y de destacada trayectoria. Eso también es inspirador para las mujeres que estamos contribuyendo a formar en nuestras aulas.

– ¿Qué diferencias ve entre las alumnas de esta generación y las alumnas de su época universitaria? ¿Han cambiado los focos en la lucha de las mujeres por mayor inclusión y reconocimiento en el mundo del Derecho?

– Veo mujeres mucho más decididas en el cumplimiento de sus objetivos y que expresan con mucha claridad sus opiniones. Creo que también existe una conciencia colectiva, que permite establecer redes de apoyo y de solidaridad entre las mujeres, lo que también nos ayuda a lograr nuestros propósitos.

– A propósito de esta generación y como profesora de Derecho Constitucional, ¿cómo ve el proceso constituyente que se viene este año 2021?

– Lo veo con muchísima esperanza. Creo que vivir un momento constitucional, y escribir una nueva Constitución con paridad de género y participación de representantes de los pueblos originarios, no puede sino ser un proceso que merece la pena ser observado desde el genuino ejercicio de la ciudadanía y la participación.

– Si pudiera mirar en perspectiva al pasado, ¿qué consejos le daría a usted misma como adolescente, cuando se decidió a estudiar Derecho?

– Le diría a esa adolescente que fui: “No lo dudes, tu padre te conoce. Escucha su consejo con atención: si lo haces, serás inmensamente feliz y libre en la profesión de abogada“.