Las condiciones de confinamiento forzoso, distanciamiento social y paralización de actividades, en prácticamente todos los países debido a la pandemia, han afectado transversalmente diversas áreas de la sociedad. La educación superior, por supuesto, no ha sido una excepción. La crisis sanitaria obligó a las instituciones universitarias a adaptarse de forma acelerada a una “nueva normalidad” y a repensar los métodos, las formas y los sistemas de enseñanza y aprendizaje.

Un nuevo escenario que a luz de la incertidumbre que aún sigue generando la pandemia, supone que estos cambios ya no se vislumbran como temporales, sino que ahora se plantean como un complemento a la forma tradicional de hacer universidad. En esa línea, cuatro rectores de universidades con presencia en la región de Antofagasta, abordaron el impacto que tuvo la pandemia en la educación superior, cuáles son los desafíos que aún hay que resolver y las oportunidades que se abren de cara a los próximos años.

Luis Alberto Loyola, rector Universidad de Antofagasta

“El desafío es lograr, en el futuro, una armonía entre los métodos más tradicionales y las clases remotas”.

Cambios y desafíos: “Lo que sí nos ha dado muchas más herramientas para llevar a cabo la labor educativa y nos ha obligado a capacitarnos a todos para implementarlas correctamente. El desafío es lograr, en el futuro, una armónica compatibilización entre los métodos más tradicionales y las clases remotas. La clase presencial y las salas de clases tienen un componente democratizador que las clases “online” no tienen”.

Nuevas metodologías: ” Los métodos venían revisándose desde hace más de una década. Por esta razón la mayoría de las IES, incluida la Universidad de Antofagasta, abrazaron modelos que incorporan cambios de paradigma en el proceso de enseñanza y aprendizaje, que se reflejan en sus proyectos educativos. Lo que ha hecho esta crisis es acelerarlos, pero el cambio, al menos como noción orientadora, ya estaba instalado”.

Oferta formativa: “Esto nos obligará a revisar planes de estudio para encajar estas nuevas competencias que exigirá el mercado, así como la creación de unidades de TIC’s más robustas. Pero aun es pronto para adelantar juicios. Habría que ver que pasa después de la vacuna para saber si estamos ante un nuevo mundo o todo esto fue solo un paréntesis.

El nuevo rol del docente: “Lo que pasa es que el rol del docente ya había cambiado antes, de generador de conocimientos y habilidades a facilitador del proceso. Eso está, por ejemplo, en el proyecto educativo institucional de la Universidad de Antofagasta, que centra el proceso en la figura del estudiante, como motor de su propio aprendizaje. Además, y en eso hay que tener cuidado, una clase por video conferencia no es un reemplazo del modelo tradicional, necesariamente. Es, en estricto rigor, una clase como una presencial”.

Las clases presenciales tienen componentes democratizadores que no tiene la clase online. Por lo pronto, tener una buena o mala conexión en casa, en un aula universitaria es menos relevante. Y ese es solo un factor. Hay casos de hacinamiento, otras tareas que debe cumplir el estudiante, otros miembros de la familia que requieren el uso de tecnología que no nos permiten asegurar un tránsito completo hacia una educación a distancia muy generalizado.

Vida universitaria: “Es pronto para decidirlo, pero, probablemente, será un sistema híbrido para el primer semestre, con clases teórico-prácticas online y presenciales para actividades prácticas críticas en el proceso formativo. Todo dependerá del nivel de inmunización que se logre con el proceso de vacunación.

Rafael Rosell Aiquel, rector Universidad Pedro de Valdivia

“Es una gran oportunidad para repensar los métodos, formas y sistemas de enseñanza”.

Cambios y desafíos: “Estamos frente a una de las crisis globales de mayor dimensión en la historia humana, es evidente que ella ha desnudado nuestra debilidades en todo ámbito, ha mostrado y agravado las desigualdades sociales y económicas entre el estudiantado. Es por ello que responsablemente generamos un programa con fondos propios entregados voluntariamente por nuestros profesores, colaboradores y directivos de sus remuneraciones, para ir en ayuda de los estudiantes que lo requerían, llegando con computadores y Banda Ancha a sus casa para que pudieran seguir sus clases y cumplir sus sueños.

“Lo anterior es el piso básico para poder enfrentar juntos esta pandemia. Es un compromiso solidario, humano e inclusivo. Está claro entonces que, por necesidad urgente, las universidades han debido adaptar sus procesos a una educación no presencial o a distancia qué involucra diferentes estrategias. Educación en la casa, generación de clases sincrónicas y asincrónicas, sumemos a esto las cuarentenas, el teletrabajo, todo lo cual hace que cambien no solamente las relaciones laborales, sino también familiares, sus dinámicas alteran la vida cotidiana de todos.

Nuevas metodologías: Es una gran oportunidad para repensar los métodos, las formas y los sistemas de enseñanza y aprendizaje. Los estudiantes requieren desarrollar, en un entorno de educación a distancia, competencias transversales, como por ejemplo el trabajo autónomo y búsqueda de información, y tendrán que desarrollar nuevas e innovadoras estrategias para aprender, distintas de las que usan en una docencia totalmente presencial. Requieren que les entreguemos las herramientas adecuadas de una formación para aprender a aprender. Por ello el foco está en el aprendizaje”.

El rol de los docentes: “Tenemos que tomar en cuenta que en muchos casos las Universidades han tenido que improvisar sobre la marcha, hemos realizado un gran esfuerzo haciendo en oportunidades lo que se ha podido, en otras lo que se ha sabido, pero en ambos casos con dedicación, compromiso y buena voluntad para responder a las expectativas de nuestros estudiantes y de la sociedad que los requiere”.

“Por ello hemos diseñado nuevas estrategias, que van más allá de una clase magistral por computadora. Por lo anterior, las modalidades de tiempo real o sincrónico se complementan con lo asincrónico o tiempo diferido, y se hace necesario dividir los tiempos en estudio personal complementado con las clases en tiempo real y aulas prácticas”.

Vida universitaria: “Nuestra Universidad, al menos el primer semestre, seguirá trabajando a distancia, velando y asegurando el proceso de enseñanza aprendizaje y en la medida que las circunstancias sanitarias lo permitan, realizar las clases prácticas que se requieran”.

Exequiel Ramírez, rector Universidad Santo Tomás

“La educación será la próxima revolución productiva que enfrentaremos a nivel mundial”.

Cambios y desafíos: “Tengo plena convicción que la educación será la próxima revolución productiva que enfrentaremos a nivel mundial. La pandemia la ha acelerado, no por las restricciones de distanciamiento físico, sino por que ha instalado la incertidumbre y los cambios disruptivos como parte de nuestra habitualidad”.

“La educación en general enfrentará grandes desafíos. Muy importante el nivel escolar, en las edades más tempranas. En la educación superior, en particular se enfrentará el desafío cada vez mayor de formar personas con habilidades sociales, que les permitan crear relaciones y co inventar mundos. El futuro se crea, los cambios disruptivos se anticipan, lo cual en contextos de incertidumbre es una sensibilidad que se debe desarrollar”.

Nuevas metodologías: “Inicialmente se reemplazó la sala de clases por la plataformas de aulas virtuales, luego nos dimos cuenta que no era suficiente usar las mismas metodologías. Las condiciones de contexto particular, los tiempos de atención, las necesidades de acompañamiento han provocado un profundo aprendizaje y evolución a nuevas metodologías de enseñanza y aprendizaje”.

“Además en muchos casos el profesor se ha convertido en un acompañamiento y primera contención. Los docentes han tenido que desarrollar habilidades en ámbitos que antes eran suplidos por la presencialidad o simplemente no surgían. Los modelos de formación, como el de Universidad Santo Tomás, que ponen en el centro del proceso formativo al estudiante ya reconocen un rol del docente en esta línea. En UST entendemos la educación universitaria como una experiencia transformadora, en el cual los docentes acompañan toda la trayectoria formativa”.

Oferta formativa: “Los procesos tecnológicos disruptivos irán modificando nuestra forma de vida y esto también es válido para todas las disciplinas y profesiones. Quizás el foco estará en identificar aquello que no va a cambiar y desarrollarlo con mucha impecabilidad, desarrollando las capacidades de adaptación y anticipación”.

Vida universitaria: “Existe consenso en las instituciones de educación superior que el próximo año será híbrido. En Santo Tomás ya desde octubre de este año nos encontramos con actividades presenciales, priorizando aquellas que son prácticas no virtualizables y absolutamente necesarias para alcanzar logros de aprendizaje fundamentales. El próximo año, seguiremos generando las condiciones para apoyar la trayectoria de los estudiantes y reforzando la serie de recursos de apoyo en ámbitos de acompañamientos, desde capacitaciones en plataformas y uso de herramientas tecnológicas, fortaleciendo nuestros programas de bienestar y salud mental”.

Jorge Tabilo Álvarez, rector Universidad Católica del Norte

“El trabajo a distancia afectó los entornos ambientales de nuestra comunidad académica”.

Cambios y desafíos: “En este sentido, tenemos como grandes desafíos la adecuación de nuestro Proyecto Educativo Institucional (PEI) con un mayor uso de tecnologías de la información; así como la preparación de nuestro personal docente y administrativo para enfrentar estos retos y las demandas que nos hace la sociedad, para de esta forma ir acompañando los impactos que tiene el cambio en las personas. El trabajo a distancia afectó notablemente los entornos ambientales de nuestra comunidad académica y administrativa, por lo tanto, se desarrollaron acciones tanto de capacitación como de inversiones en plataformas y asistencia psicológica, para que como comunidad nos fuéramos adaptando a este cambio, el cual se aceleró, pues todas las previsiones esperaban que se produjera en unos diez años más”.

Nuevas metodologías: “Hemos avanzado notablemente en el desarrollo de los proyectos de enseñanza virtual, que en una primera etapa fue virtual de emergencia. En estos momentos, tenemos proyectos para una mejor adecuación de nuestro sistema de enseñanza, a fin de entregar mayor calidad a nuestros estudiantes. En general, hay un cambio en todos los niveles de la educación, lo que es fundamental para la adaptación que tiene que tener la sociedad por el impacto en la manera como se aprende que están teniendo las tecnologías de información y las comunicaciones. El aprendizaje es un instrumento de adaptación del ser humano y esto significará cambios en todos los ambientes de la sociedad”.

Oferta formativa: “En primer lugar, lo más importante es la flexibilidad en la formación, de tal manera que nuestros estudiantes puedan adaptarse a los cambios que van a tener que enfrentar en el mundo laboral, lo que implica incorporar en la enseñanza lo inter y lo multidisciplinario, además de la formación continua y permanente. Hoy la educación debe tener como un componente importante el uso de tecnologías de la información para resolver problemas. Asimismo, debemos desarrollar en nuestros estudiantes habilidades para el trabajo en equipo a fin de que puedan resolver los futuros problemas de la sociedad, los que son cada vez más complejos, ya que en el mundo actual se requiere trabajar en equipo y en colaboración”.

Vida universitaria: “El retorno a la presencialidad se irá desarrollando en la medida que lo hagan posible las condiciones sanitarias y el ministerio. De hecho, ya hemos efectuado algunas actividades presenciales, como es el caso de la Facultad de Medicina en Coquimbo, que autorizó a contar del 1 de diciembre el retorno a las clases presenciales de estudiantes de sus carreras de Enfermería, Kinesiología, Medicina y Nutrición y Dietética; todo ello bajo estrictos protocolos sanitarios. La naturaleza de algunas carreras obliga a adoptar medidas como esta. Algo similar hicimos también en Antofagasta con Geología, donde más de 70 estudiantes realizaron una salida a terreno, previo a lo cual se les tomó el examen PCR COVID-19 a todos ellos y a quienes los acompañaron en el recorrido”.

Fuente: El Mercurio de Antofagasta